domingo, 8 de julio de 2012

Fernalia Enfermera

                                   

  Soy enfermera de profesión y con esta carrera mantengo una relación de amor y odio. Hay periodos en que amo ser enfermera y otros en que lo detesto. Sea como sea es parte de mí, parte de mi vida, de mi historia... incluso desde antes de nacer. Mi madre y una de mi abuelas fueron enfermeras.

El porqué elegí esta profesión esta escrito en mi niñez. Yo admiraba mucho el trabajo de mi madre y yo aspiraba a "hacerlo mejor", pero lo que me llevó a elegir definitivamente este camino fue mi interés de conocer al "hombre" al "ser humano" en todas sus facetas, matices hasta sus límites y hoy, luego de 5 años de ejercer, puedo decir que he logrado mi objetivo.
También el querer ayudar a los demás era un gran sentimiento que me impulsaba a elegir esta profesión; el ser útil a la sociedad y poder contribuir a ella aliviando una de las principales necesidades de la gente. El ser alguien "necesario".
Trabajando en un consultorio he podido llevar a cabo y desarrollar estas mí necesidades del alma. He tenido la posibilidad de estar con mis pacientes, ayudarlos no a curar sus enfermedades, sino que mas bien les he podido ayudar en su camino con la enfermedad (ya que me dedico a ver pacientes crónicos). Los escucho, se desahogan, les enseño, les calmo. Comparto sus dolores tanto del cuerpo como del alma... es lindo.
Todo cobra sentido cuando te sonríen y dicen "gracias", cuando se acuerdan de tí, cuando te buscan...    ahí es cuando me enorgullezco de mi profesión y de ser Fernalia Enfermera, porque quizás yo no posea las cualidades técnicas de una enfermera de UTI, ni la rapidez y resolutividad de mis jefas... pero entonces recuerdo porqué elegí esta carrera... no para ser jefa, ni la más rápida ni la mas "capa", yo elegí esta carrera para poder ver, sentir, saber y compartir el dolor de mis pacientes y ayudar a sobrellevarlo.
  
Lo feo, lo malo... la frustración de no poder curar, de no poder quitar el dolor, el no poder hacer más...  Y la gente exige y exige y espera de tí lo que no puedes dar... y se enoja y te ataca. Sin tener culpa, sin saber esas personas también te hieren y no ven en ti un ser humano, entonces  toda la dedicación y los esfuerzos parecen no lograr nada y se van a la nada.
Es por eso esta relación de amor y odio que tengo con mi profesión. Aun así, después de todo igual la amo, porque es parte de mí, porque  permite realizarme como persona, ayudar a los demás, llegar al corazón de los demás.